El vidrio es un material que por sus características es fácilmente recuperable. Un envase de vidrio es 100 % reciclable, es decir, que a partir de un envase utilizado, puede fabricarse uno nuevo que puede tener las mismas características del primero.
Este contenedor está destinado solo a envases de vidrio (botellas de vino, de cava, licores, etc., frascos de perfumes y tarros de vidrio para conservas, mermeladas, etc.).
Gracias a las campañas de concienciación, todos sabemos que tarros, botellas o envases van al contenedor verde, pero ¿cómo tenemos que almacenarlo?
La mejor manera es almacenarlo de manera separada al resto de residuos en nuestro hogar o empresa. Además, es importante retirar cualquier otro material que lleven estos productos, como tapones, anillas o el papel de las etiquetas (siempre que sea posible). Así facilitaremos la gestión de residuos de vidrio cuando llegue a la planta de residuos y el proceso será más rápido.
Una vez recogidos son triturados formando un polvo grueso denominado calcín, que sometido a altas temperaturas en un horno. Se funde para ser moldeado nuevamente en forma de botellas, frascos, tarros, etc, que tienen exactamente las mismas cualidades que los objetos de que proceden. El proceso supone un ahorro de materias primas y de energía muy considerable.
El reciclado de vidrio genera un importante ahorro energético.